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Éste es un tema que vale la pena hablar, debido a lo que se estuvo hablando durante el pasar de los días, sumado a la opinión pública, y a la gravedad del caso en sí.
Para empezar y resumir, resulta que un grupo de 11 chicos, todos jugadores de rugby de la localidad de Zárate, mataron a golpes a un chico de (creo) 19 años. Fue un incidente que, como siempre, se da la salida de un boliche ("discoteca", para el que no sea de Argentina) cuando un grupo de pelotudos no se van a divertir entre amigos, si no que van a buscar pelea... nada más que en éste caso, se les fue la mano.
Ahora se está determinando quién fue el homicida, y si fueron 11 o 10 participantes; porque se estuvo diciendo que uno de los chicos no estaba en Villa Gesell en el momento, o que el papá de ese chico lo fue a buscar a las pocas horas y se lo llevó de vuelta a Zárate.
En las redes sociales y en los medios se estuvo hablando un poco de todo. Para empezar, echaban la culpa al rugby del hecho, argumentando que el rugby es un deporte violento. Entre esos y más bocones, nunca faltan los zurdos de mierda echando leña al fuego, hablando en contra de las personas de altos recursos (los caretas), mezclando absolutamente todo, como siempre.
Para empezar, quiero hablar de esas personas que echaron dardos contra el rugby, y metieron el prejuicio del rugbier violento "facho".
Tengo que decir que yo jugué al rugby por mucho tiempo, y tengo familiares y amigos que también juegan o jugaron al rugby por mucho tiempo. Eso no me convierte ni en violento, ni en "facho"; y tampoco a mis conocidos rugbiers que, de hecho, son las personas más amables que conocí, se los aseguro.
Cualquiera que jugó al rugby, sabe cómo es el deporte y qué cosas te enseña, principalmente, el respeto. Que hayan personas que no saben ni de valores, ni mucho menos de respeto, no es culpa del rugby, es culpa de la persona. Ésto me hace acordar a las personas que cargan contra el boxeo y los boxeadores porque se acordaron de que Carlos Monzón asesinó a su esposa.
Básicamente, es una mala costumbre de juzgar a un libro por su portada.
Personalmente, me desagrada la gente cuando pone adjetivos y prejuicios en donde no son; incluso yo puedo incluirme en ésta descripción, porque es algo tan común y fatal del ser humano: decir si hace tal cosa, es tal persona y de tal estirpe.
En definitiva, las cagadas que se manda uno, no tiene que ver con su clase social, la manera en la que piensa, o las actividades que hace; valga la redundancia.
De resto, quiero hablar de cómo es la juventud y los boliches (por lo menos en Argentina, porque es lo que conozco).
Cito una frase que me quedó revoloteando y no se de quién es: construir un boliche en Argentina, es proporcionalmente equivalente a construir un matadero de vacas en la India. Y tiene razón, porque es un milagro salir ileso de ahí.
Una persona normal se va a un boliche a divertirse y a pasar un buen rato, y de repente se encuentra con la situación de que, supuestamente, miró mal a alguien, y ese alguien ya lo quiere cagar a palos. Digo supuestamente, porque hay otros que no van a un boliche a divertirse, si no que van a buscar problemas e incluso a querer robarle a alguien, porque le parece más divertido eso.
En experiencia propia, me tocó juntarme con un grupo de personas que iban a fiestas a querer buscar pelea a toda costa, o que querían agredir a alguien y robarle. Y siempre pasaba que éstas personas estaban acompañadas, y casi siempre sucedía una batalla campal, o la situación en la que alguien terminaba cagado a palo y robado.
Incluso yo u otros amigos se han cruzado con esa clase de personas o situaciones.
¿Qué digo al respecto de eso?: que puede ser muy divertido en el momento, pero después hay que afrontar las consecuencias en las que quedás involucrado, y ninguno de tus amigos que te ayudaron en ese momento van a bancar la parada con vos.
Cabe resaltar que, los 10 jóvenes apuntaron contra el otro que lo detuvieron en Zárate. ¿Ven?, ésto es de lo que hablo.
Lo que preveo yo es que, a futuro, van a condenar a cierto grupito de esos 11, y los otros se van a limpiar las manos. ¿Por qué?, porque cuando la mierda llega al cuello, unos corren y otros se quedan a ahogarse. Y así van a aprender una lección muy importante, que es aprender a no ser un boludo alegre, que hace boludeces para creerse canchero.
Fíjense cómo es, que 10 pelotudos (presuntamente 11) se cagaron en una familia, e incluso, se cagaron en sus propias familias, familias de altos recursos que les dieron todo.
En fin, espero que en la cárcel sean más agradecidos.
Ahora se está determinando quién fue el homicida, y si fueron 11 o 10 participantes; porque se estuvo diciendo que uno de los chicos no estaba en Villa Gesell en el momento, o que el papá de ese chico lo fue a buscar a las pocas horas y se lo llevó de vuelta a Zárate.
En las redes sociales y en los medios se estuvo hablando un poco de todo. Para empezar, echaban la culpa al rugby del hecho, argumentando que el rugby es un deporte violento. Entre esos y más bocones, nunca faltan los zurdos de mierda echando leña al fuego, hablando en contra de las personas de altos recursos (los caretas), mezclando absolutamente todo, como siempre.
Para empezar, quiero hablar de esas personas que echaron dardos contra el rugby, y metieron el prejuicio del rugbier violento "facho".
Tengo que decir que yo jugué al rugby por mucho tiempo, y tengo familiares y amigos que también juegan o jugaron al rugby por mucho tiempo. Eso no me convierte ni en violento, ni en "facho"; y tampoco a mis conocidos rugbiers que, de hecho, son las personas más amables que conocí, se los aseguro.
Cualquiera que jugó al rugby, sabe cómo es el deporte y qué cosas te enseña, principalmente, el respeto. Que hayan personas que no saben ni de valores, ni mucho menos de respeto, no es culpa del rugby, es culpa de la persona. Ésto me hace acordar a las personas que cargan contra el boxeo y los boxeadores porque se acordaron de que Carlos Monzón asesinó a su esposa.
Básicamente, es una mala costumbre de juzgar a un libro por su portada.
Personalmente, me desagrada la gente cuando pone adjetivos y prejuicios en donde no son; incluso yo puedo incluirme en ésta descripción, porque es algo tan común y fatal del ser humano: decir si hace tal cosa, es tal persona y de tal estirpe.
En definitiva, las cagadas que se manda uno, no tiene que ver con su clase social, la manera en la que piensa, o las actividades que hace; valga la redundancia.
De resto, quiero hablar de cómo es la juventud y los boliches (por lo menos en Argentina, porque es lo que conozco).
Cito una frase que me quedó revoloteando y no se de quién es: construir un boliche en Argentina, es proporcionalmente equivalente a construir un matadero de vacas en la India. Y tiene razón, porque es un milagro salir ileso de ahí.
Una persona normal se va a un boliche a divertirse y a pasar un buen rato, y de repente se encuentra con la situación de que, supuestamente, miró mal a alguien, y ese alguien ya lo quiere cagar a palos. Digo supuestamente, porque hay otros que no van a un boliche a divertirse, si no que van a buscar problemas e incluso a querer robarle a alguien, porque le parece más divertido eso.
En experiencia propia, me tocó juntarme con un grupo de personas que iban a fiestas a querer buscar pelea a toda costa, o que querían agredir a alguien y robarle. Y siempre pasaba que éstas personas estaban acompañadas, y casi siempre sucedía una batalla campal, o la situación en la que alguien terminaba cagado a palo y robado.
Incluso yo u otros amigos se han cruzado con esa clase de personas o situaciones.
¿Qué digo al respecto de eso?: que puede ser muy divertido en el momento, pero después hay que afrontar las consecuencias en las que quedás involucrado, y ninguno de tus amigos que te ayudaron en ese momento van a bancar la parada con vos.
Cabe resaltar que, los 10 jóvenes apuntaron contra el otro que lo detuvieron en Zárate. ¿Ven?, ésto es de lo que hablo.
Lo que preveo yo es que, a futuro, van a condenar a cierto grupito de esos 11, y los otros se van a limpiar las manos. ¿Por qué?, porque cuando la mierda llega al cuello, unos corren y otros se quedan a ahogarse. Y así van a aprender una lección muy importante, que es aprender a no ser un boludo alegre, que hace boludeces para creerse canchero.
Fíjense cómo es, que 10 pelotudos (presuntamente 11) se cagaron en una familia, e incluso, se cagaron en sus propias familias, familias de altos recursos que les dieron todo.
En fin, espero que en la cárcel sean más agradecidos.
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